jueves, 28 de febrero de 2013




Hoy me siento bien porque 
no he pensado en mí, 
como un yo con un contorno 
definido. 
Una tierra que labrar y esperar 
a recoger sus frutos, 
labriega de horizontes cortos 
y medidas en función de mi ojo, 
de mi pie,  de mi palma pequeña. 
Me doy cuenta que es difícil salir de 
nuestro propio territorio, 
dar un paso largo y mirarse desde fuera, 
o sencillamente mirar 
con los ojos del mundo. 
Hoy me siento bien 
porque me acompaña mi yo, 
no voy dentro, 
y puedo estar en otros pies 
y en otros ojos y en otra bocas 
con sus palabras distintas. 
Miro boca abajo y boca arriba 
sin sentir mareos y comprendo, 
y asumo que el mundo es mucho más complejo 
que mis cuatro torpes sumas 
y mis cientos de sentencias. 




Nená de la Torriente