jueves, 7 de febrero de 2013


Huele a leña. 
¿Quién fuera leña? 
Ser humo y colarse en las casas 
y dar calor y sensaciones buenas. 
Enredarse en lo alto de las copas 
donde duermen los nidos 
y dejarles la promesa 
de una frase hecha de pluma. 



Alcanzar los tejados sin los gatos, 
allí donde las tejas duermen solas 
y pintarlas con aromas de pinos, 
vestidas como el hada a cenicienta. 
¿Quién fuera leña? 
Bordear tu cama sigilosa,  humo 
con bosquejo de castaño,  de almendro o 
de higuera, 
y llenarte la piel de claridades 
hasta que te quedes delicadamente 
dormido. 



Nená de la Torriente