Huele
a leña.
¿Quién
fuera leña?
Ser
humo y colarse en las casas
y
dar calor y sensaciones buenas.
Enredarse
en lo alto de las copas
donde
duermen los nidos
y
dejarles la promesa
de
una frase hecha de pluma.
Alcanzar
los tejados sin los gatos,
allí
donde las tejas duermen solas
y
pintarlas con aromas de pinos,
vestidas
como el hada a cenicienta.
¿Quién
fuera leña?
Bordear
tu cama sigilosa, humo
con
bosquejo de castaño, de almendro o
de
higuera,
y
llenarte la piel de claridades
hasta
que te quedes delicadamente
dormido.
Nená de la Torriente