sábado, 23 de febrero de 2013


De estar estoy donde tú te desvistes 
y elijo la sábana que sostienes. 
Soy el otoño y el verano en calmado 
reposo,  yendo siempre a paso ligero. 
Recorro todos tus pasillos, uno a uno, 
sin permiso, consanguíneamente,  como 
tu misma huella en el suelo. 
Te toco como te tocas,  pero te miro desde 
el otro lado del espejo y te sonrío,  y te beso 
hasta notar en ti un estremecimiento, 
ese que no te explicas. 
Voy sorteando a la gente por donde tú vas 
avanzando en la acera y 
no pierdo detalle de todo lo que miras. 
Me cuelo en tu garganta hasta llegar a tu mente 
y formulo por ti las preguntas, 
por eso a veces te sientes confundido, 
pero me retiro un poco para darte oxígeno 
aunque no me marche nunca. 

Lo siento amor, 
eres mi prisionero. 




Nená de la Torriente