Me
sobra valor para decirte
que
te quiero.
Tengo
valor para decirte que
no
te quiero,
y
el valor para escuchar
que
me declaras cualquiera
de
las dos cosas.
Me
falta valor para
oírte
decir que no te quieres,
y
de nuevo escucharme decir
que
no me quiero.
Y
es que esa clavija
se
me cortocircuita,
se alborotan las tensiones,
se me apagan las luces y me alcanza
la
impotencia y el llanto.
Es
ir en contra
de
la propia naturaleza.
Nená de la Torriente