Busco
una palabra de otro mundo
para
regalarte,
pero
no la siembres ni esperes frutos.
No
la retengas,
ni
la analices o no querrá venir
conmigo
cuando la halle.
Busco
un regalo distinto, y al serlo
no
sobreviviría con nuestra impaciencia.
Un
regalo tan único
que dejases de llorar.
Una
palabra sola, chiquituca,
de
alas cortas o de alas grandes,
de
aires diferentes, o sin atmósfera,
sin
color o tornasolada y luminosa.
Un
regalo de otro mundo para ti.
Nená de la Torriente