Veremos
si la primavera
te
trae las azaleas y las amapolas
que
le pediste,
y
a mí algún jazmín
para
colocarlo bajo la almohada.
Dejemos
las margaritas a las
que
cumplen los quince
para
que sigan deshojando el amor
como
un puzzle.
Que
florezca el limonero para el que
anda
inquieto y separe
una
de sus hojas exprimiéndola.
Que la belleza del manzano florecido
devuelva
el corazón al pintor en éxodo.
Veremos
si la primavera que pronto llega
nos
arranca esta piel de lagartija
y
volvemos a pintarnos las mejillas
con
el bello clarete de los vinos.
Nená de la Torriente