Si
tenemos ausencia del verde norteño
se
nos llena la pituitaria amarilla de olor a prado,
del
musgo y el eucalipto.
Si
es de tierra de Centro,
nos
recorre un abanico visual
de
una infinitud llana
que
lame el cielo.
Si
es de un sur bullanguero
se
nos mueve la sangre haciendo curvas
trasparentes, que se llenarán
de
canela y granate de tinto.
El Este traerá tantos colores de azul
que
invadirán nuestras mejillas,
y
el Oeste el anhelo mordido
por una historia de siglos.
La
tierra no sólo es cultivo,
tierra
rústica, porción edificable,
carreteras, autopistas,
servidumbre
de paso,
caminos
de sirga.
La
tierra es referencia y cuna,
el
origen y la vuelta a casa.
Nená de la Torriente