Esa manera de
mirar el mundo
como una cadena
y no verse eslabón
sino encadenado,
que asegura la
ruina y añade confiado:
‘0 estás conmigo o
estás enfrentado’,
me deja el gusto
amargo
de todos los
platos de sabor acibarado.
Si esa elección y
creencia se elige
se escoge una
verdad que no es refutable
pero tampoco
única,
y te sitúa con una
satisfacción baja en calorías,
y la vida tiene un
de aquí hasta allí
-no sé si te
acuerdas-
Y si lo que
quieres es dejar verdades y salvar
futuros posibles,
¿qué mejor herencia para dejarle al que venga,
que la de aprender
a ser feliz?
Nená de la Torriente