Deshabítame
si quieres
no
había puerta con cierre echado,
y
nadie te pide que te quedes.
Hay
mucha vuelta de rueda
que
queda por girar en el camino.
No
voy a hablar desde ti,
ojala
pudiera,
me
contento con saberme bien
desde
cada ángulo y punto exacto
y
poder hablar desde mi propia torpeza.
Toma
tus trastos y tu mirilla
de
veinte cristales romos.
La
objetividad desnuda
se
la dejo a los científicos
y
a los racionales,
no
sé hacer
síntesis
asépticas;
sólo
puedo sentir, y sentir intensamente
el profundo dolor en el costado, y
el
gozo aquí, y en todo el cuerpo.
Me
siento afortunada,
aunque
nunca será plenamente
porque
conozco el sufrimiento ajeno.
Nená
de la Torriente