miércoles, 27 de febrero de 2013




Tu piel y mi piel están cantando,  
son reales 
no lo son, 
siluetas, 
sombras, 
amantes en un sueño. 

Ni la suavidad de la sábana 
ni el fragor de la noche 
son capaces de distraer su canto. 

¡Cómo cantan tu cuerpo y mi cuerpo!  

Tiembla la mano, la piel tiembla, 
y a cada paso se agitan con su rastro. 
Dudan si recitar un verbo o 
una pequeña letra  
que alarme a los dedos traviesos 
con su tacto. 
Tu piel y mi piel se están cantando 
ellas a solas 
en ausencia 
 de nosotros,  
carentes de un espacio desvelado, 
y tú y yo 
inconscientes de todo esto. 
Formarán juntos su primer poema, 
su verso de amor, 
  su copla de sexo, 
 su balada mágica 
sin vigilia.  



Nená de la Torriente