Tu
piel y mi piel están cantando,
son reales
no lo son,
siluetas,
sombras,
amantes en un sueño.
son reales
no lo son,
siluetas,
sombras,
amantes en un sueño.
Ni
la suavidad de la sábana
ni
el fragor de la noche
son
capaces de distraer su canto.
¡Cómo cantan tu cuerpo y mi cuerpo!
¡Cómo cantan tu cuerpo y mi cuerpo!
Tiembla
la mano, la piel tiembla,
y a cada paso se agitan con su rastro.
Dudan si recitar un verbo o
una pequeña letra
que alarme a los dedos traviesos
que alarme a los dedos traviesos
con su tacto.
Tu
piel y mi piel se están cantando
ellas a solas
en ausencia
de nosotros,
carentes de un espacio desvelado,
y tú y yo
inconscientes de todo esto.
en ausencia
de nosotros,
carentes de un espacio desvelado,
y tú y yo
inconscientes de todo esto.
Formarán juntos su primer poema,
su
verso de amor,
su copla de sexo,
su balada mágica
sin vigilia.
su balada mágica
sin vigilia.
Nená de la Torriente