lunes, 8 de septiembre de 2014


Tengo que decirte 
que detrás de estos ojos 
hay cien tabiques, 
que levantaron los años 
con su imprudencia. 

El pudor que mató la insolencia 
y la desfachatez más brillante 
atrapada en las cunetas 
y en la gravilla de los caminos. 

Tengo que decirte 
que persigo la luz voraz e intensa 
para que me lave por dentro 
como una ablución lumínica. 

Que me cuelgo de todos los balcones 
y alcanzo todas las cornisas 
como gata huyendo de ratones, 
de rufianes y mendrugos 
arropados en mancha, 

buscando sólo tu amor en las tapias 
y la palabra 
que se rescata a sí misma. 




Nená de la Torriente