Ya no decimos.
El pasado se
dibuja sin presencia
en este futuro que
teme pronunciarse.
Atesoramos nubes
que van pasando
y a veces nos
llueven con estrépito.
También seca la
lluvia
pero no olvidamos
el olor a barro caliente
y a mixtura de
pieles húmedas.
Fuimos en alguna
vida
flor amartelada de
algún insecto,
y tal vez oruga
y tal vez savia,
pero no nos lo
contamos
por si creyéramos en algo más
que este ahora hosco y silente.
Ya no decimos.
Nená de la Torriente