Podría ser un día nublado,
una pequeña cicatriz.
El paso de un tren
-estrepitoso-
levantando el aire
de una sucia estación.
Quizá el relincho
de un caballo,
un puente breve
con aroma a infancia,
un roce inesperado.
Unos ojos color ojo
fijos en mis verdes iris,
o un gesto extraño
sólo para mí.
El paso acelerado
camino hacia ninguna parte,
la vida una glorieta loca.
Inexplicables las cosas
que el corazón consume.
No voy a preguntarles
por qué o de qué suerte
atinan o muerden el pulso.
¿Por qué lo harías tú?
Nená
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