miércoles, 7 de octubre de 2015

TODO TIENE LA VEZ

Todo tiene la vez, 
el acuse de recibo de ser entregado, 
volteándose, baleándose, 
suspendiéndose o conteniéndose 
a voluntad o sin ella. 
Todo puede llegar a ser lo inaugural 
desde su propio comienzo, 
desde su llegada, 
sin abandonar la cabeza de fila 
reteniendo la postrimería 
como algo para lo que no ha nacido, 
para lo que no ha llegado hasta aquí.  
La palabra sólo es un vehículo 
poderoso y de término 
que limita los contornos, 
a veces los dilata y amplifica, 
los enaltece o los deshincha; 
nunca el filo que hace sangrar  
el espacio justo de las cosas, 
nunca la soberanía por encima de la vida, 
lo sublime que hace envejecer a la aurora. 
Hablo, escribo, cierro los ojos, 
y todo tiene la vez, 
la palabra sólo unos pocos. 

(Infortunados 
si nos creemos los dueños 
del mundo) 


Nená de la Torriente

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