TENME PACIENCIA
Dejaron de encanecerse mis sueños
como tú me dejaste de soñar.
Te decía Tenme paciencia
porque lloro peces y hablo ríos
y mi puerto de mar se va a la deriva,
pero no comprendías que volviese
a planchar las aguas
para arrugarlas de nuevo en olas.
Te decía Tenme paciencia
como aguardas cada tarde la marea
y dejas que el bote no encalle
bailando juguetón mientras tú le pintas.
Mis sueños son bucles redondos de calima
que de blanco sucio de amanecida
buscaron el color de los atardeceres,
y al abrirse por el desgaste de los años
midieron palmo a palmo los acantilados
que tú paseabas cada día.
Hoy cruzan vaporosos el océano
buscando nuevas rocas
para seguir midiéndolas,
y llaman a cualquier pie idéntico al tuyo
que las recorra en un paseo.
Y te decía Tenme paciencia,
sujétate a mí, no te sueltes.
Pero ya piensas en los pinos de la colina,
y en el aire furtivo que los oscurece en mate,
el movimiento del mar se te olvida,
y las olas
y las mareas.
Nená de la Torriente
salud poeta!
ResponderEliminarUn abrazo grande, Hugo!
EliminarNená