Al otro lado del carmín que te besa
los aproches tiemblan
y tiembla la garganta y el armónium.
Un acordeón musitero hace de Guarda guía
de todas las palabras
y la voz enmudece descubriendo otro aliento,
llega el baile incendiado
donde los acentos se multiplican y se propagan
como algo ineluctable.
A este lado del carmín que te habla
el aire es manso
y cantaletean las voces en su ornato,
viaja sencillo, o
con el pedazo de divinidad en el labio
que se le otorga al copo de avena solitario
flotando en la taza,
cuando todo se suspende en la noche.
Al otro lado del carmín que te besa
está la magia, la brisa del mar, la seda,
lo electrizante, lo hipnótico,
la titilación, la sacudida, el seísmo,
la Tierra misma, vestida de carmín rojo.
Nená de la Torriente
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