viernes, 9 de noviembre de 2012




Ya no cuento la suma de palabras 
que no he escuchado 
ni la resta de frases que quise leer. 
Las veces que miré mis dedos 
pensando cuánto y a quién he querido. 
Los calendarios que taché pendientes 
de una fiesta,  una cita,  un deseo. 
Los cumpleaños que dejaron de importarme, 
las cartas que se fueron al fuego. 
Aquella manera de entrelazar una mano 
con otra 
como quien sujeta un mundo. 
Ya no cuento con la creencia fiera 
de ser un dios en la tierra, 
de poder comerme el universo, 
de que querer es poder y más si uno no estás solo. 
Ya no cuento con esa fe desmedida 
que te hace lanzarte por el barranco 
y milagrosamente salir ileso. 

Hace mucho que le di la espalda 
a los milagros. 
Pero en ti sí creo. 




Nená de la Torriente