No dejes de estar nunca.
Convénceme
de que me equivoco.
La
copa que se derrama
no
se levanta sola
y
el vino se pierde inevitablemente.
Si
crees que vale la pena
fascina
a mi agotada sensatez.
Sorpréndeme,
si
es que realmente
merece la pena.
-Prometo
no oponer resistencia-
Nená de la Torriente