domingo, 11 de noviembre de 2012




Si te apartas ya no seguiré el camino, 
se te olvida mi invidencia. 
Ya sé,  ya sé lo cansado que es ir tirando 
como un zahorí en busca de agua 
siempre delante. 
Tú buscas la vida dentro de la vida 
y yo me agarro a tu brazo y apoyo 
mi frente en tu espalda, 
y noto el calor y la humedad de las cosas 
a través de ti. 
No te lo digo,  sólo sonrío y me arrimo a tus cosas, 
como una mariposa se posa en la quima 
de un limonero, 
entretenida con el olor de su hoja. 
Unos nacen con ese poder que la naturaleza
les otorga
y otros con el de saber quién tiene esa capacidad. 
La gran mayoría,  son naturaleza ausente, 
plácida,  arrumada a su condición 
sin hacer preguntas, 
y nacen,  viven y mueren 
de la misma manera.  

  


Nená de la Torriente