Si
te apartas ya no seguiré el camino,
se
te olvida mi invidencia.
Ya
sé, ya sé lo cansado que es ir tirando
como un zahorí en busca de agua
siempre
delante.
Tú
buscas la vida dentro de la vida
y
yo me agarro a tu brazo y apoyo
mi
frente en tu espalda,
y
noto el calor y la humedad de las cosas
a
través de ti.
No
te lo digo, sólo sonrío y me arrimo a tus cosas,
como
una mariposa se posa en la quima
de
un limonero,
entretenida
con el olor de su hoja.
Unos
nacen con ese poder que la naturaleza
les otorga,
y
otros con el de saber quién tiene esa capacidad.
La
gran mayoría, son naturaleza ausente,
plácida, arrumada a su condición
sin
hacer preguntas,
y
nacen, viven y mueren
de la misma manera.
Nená de la Torriente