¿Qué
dejar escapar, qué no?
Cada
azul, un escala, una nota,
el
tiempo que vuela de un dedo a otro,
el
beso generoso de una madre a su vástago.
El
graznido de las gaviotas,
la
linde del mar y la costa.
El
ruido de neumáticos, la frontera.
¿Dónde
esconder las respuestas,
las
desventajas para el genio?
El
sacrifico está servido en la propia
naturaleza.
¿Y
ahora qué hacer con todo?
Darles
libertad ¿aunque se destruyan?
Aunque
se derribe todo lo que ya está hecho.
Es
todo suyo, que se reinventen de nuevo.
-No habrá acto mayor de amor, pensó-
Nená de la Toriente