No
importa las cosas que me quedan
por
decir,
no
son vitales para ningún aforo.
Importa
lo que me queda por ver,
lo
que me queda por acariciar,
por
oler, por correr, por saltar,
por
besar, por comer, por dormir,
por
soñar, por vivir,
luchando, no sin esfuerzo,
porque
aún me siga sorprendiendo
todo.
Nená de la Torriente