martes, 20 de noviembre de 2012



Un número entre multitud de letras, 
escondido para que no le vieran. 
Así se sentía él, amarradito al 
cinturón de su baby. 
'¡Cuántas golondrinas, 
son figuras geométricas!'





No entendía la poesía, 
ni le gustaba la historia, 
ni las lenguas extranjeras. 
Pero las líneas y los círculos 
daban razón a las cosas. 
El mundo se fue haciendo pequeño 
y su mano más grande, 
y ya fue imposible ocultarse entre 
tanta letra. 
Entendió que no era tan importante 
dar razón a las cosas, 
como que ellas atestiguaran 
su propio cambio. 
Total,  él era sólo un número 
y el resto,  eran sólo letras. 



Nená de la Torriente