viernes, 30 de noviembre de 2012


-Tú también puedes-

Siempre hay luz al final de toda escalera, 
luz detrás de las cerraduras, 
luz al doblar una esquina, 
luz al abrir bien los ojos 
aún siendo a oscuras, una diminuta luz 
que nos hace distinguir las sombras. 
Yo he encontrado esa luz. 
Tengo esa luz guardada en el bolsillo 
y hace que me sienta bien. 
Lo que tenga que venir no me importa, 
ni como quiera llegar, 
ni con qué fuerza quiera morder, 
ni de qué modo se acerque,  o 
si decide algún mal volver a tomarme el pulso. 
Sólo tengo que meter la mano en el bolsillo 
y sujetarla un momento,  saber que está, 
y todo lo demás es historia. 



Nená de la Torriente