Verte
llorar
es
borrar el minutero.
Morirse
a mordiscos.
Una
muerte por dentellada,
tantas
como ocupo.
Imagina
cuánto dolor, imagínalo.
Con
un sólo llanto vale para el resto,
déjame
a mí eso.
Yo
lloro, lloro como río,
río
como lloro, tanto, todo.
Tú
no llores nunca, nunca.
Tus
ojos son dos lagos serenos
siempre
en luna llena, culona,
maternal, amable,
el
paisaje más hermoso que jamás he visto.
Nená de la Torriente