miércoles, 14 de noviembre de 2012


Verte llorar 
es borrar el minutero. 
Morirse a mordiscos. 
Una muerte por dentellada, 
tantas como ocupo. 
Imagina cuánto dolor, imagínalo. 
Con un sólo llanto vale para el resto, 
déjame a mí eso. 
Yo lloro,  lloro como río, 
río como lloro,  tanto,  todo. 
Tú no llores nunca,  nunca. 
Tus ojos son dos lagos serenos 
siempre en luna llena,  culona, 
maternal,  amable, 
el paisaje más hermoso que jamás he visto. 



Nená de la Torriente