Acércate
más,
no
me abroches el vestido.
Sé
el alcaller de este barro
aún
tibio por los días.
Recoge
los botones caídos
por
el piso y lúcelos con tu tacto.
Ven
y prepara la llama que levantará otras llamas.
Tus
manos harán el prodigio,
deja
que mi alma escape por el tragaluz.
Acércate
más, donde dice fuego,
donde
dice ciegos por el abandono,
donde
te llamo alfarero
y centinela.
Nená de la Torriente