martes, 6 de noviembre de 2012


Amanece, 
pero hazlo tú que ya amaneció el día. 
Deja que el cielo plomizo descargue 
y cierra el paraguas de tus cosas. 
No temas empaparte, uno se  seca 
porque llega el sol y después  la luna. 

Te tiembla el pulso al principio, 
sólo un poco, 
después la palma cobra firmeza 
y eres el dueño de lo que tomas 
y de lo que dejas. 
Has salido del dictado como un verbo 
que ha querido investigar 
¿Ves mayor hazaña que esa? 



Nená de la Torriente