Venas, tendones, músculos débiles,
huesos, piel,
labios inertes.
labios inertes.
Nada
más.
El
labio es mordido y una sacudida
altera
la duda de si eres otra cosa,
no
un puñado de elementos
entrelazados,
porque
la intensidad enciende fuegos
y
bengalas, y parece fundir tu interior
como un guiso en una olla.
Pero
aquella otra boca se va
y
vuelves a ser ese Nada más,
de
venas, tendones, músculos débiles,
huesos, piel y labios inertes.
Nená de la Torriente