jueves, 15 de noviembre de 2012


Venas,  tendones, músculos débiles, 
huesos,  piel, 
labios inertes. 

Nada más.

El labio es mordido y una sacudida 
altera la duda de si eres otra cosa, 
no un puñado de elementos 
entrelazados, 
porque la intensidad enciende fuegos 
y bengalas,  y parece fundir tu interior 
como un guiso en una olla. 

Pero aquella otra boca se va 
y vuelves a ser ese Nada más, 
de venas,  tendones,  músculos débiles, 
huesos,  piel y labios inertes. 



Nená de la Torriente