sábado, 3 de noviembre de 2012


Te regalo mi voz aguardentosa, 
que inconsciente aún arrastra 
los pies por el pasillo. 
Las primeras palabras que pronuncie. 
El primer beso. 
El abrazo después del sueño,  el mimo 
del escalofrío tras las mantas. 
Ese golpe del agua de la ducha 
contigo,  y la risa cómplice y nerviosa. 
Te regalo las marcas en mi piel 
de las sábanas,  y el olor a dulce de manzana 
de mi pelo. 

Tomo de ti cada poro,  cada pliegue, 
cada ángulo,  valle,  llano,  montículo,  sonido, 
silencio,  suspiro y aliento que lleve tu nombre. 



Nená de la Torriente