lunes, 12 de noviembre de 2012


Alguien por ahí dice la verdad, 
sólo la verdad,  y nada más que la verdad: 
‘El amor no existe’. 
No es por desanimar,  es una suerte de querencia 
llamada deseo,  tan fuerte que rompería muros 
de cemento. 
Hembra-hombre,  un pseudo amor deseado, 
un cariño no exactamente fraudulento,  pero sí utiliza una  batidora 
como la que se usa para hacer bizcochos de limón. 
Por eso es tan estupendo el amor que existe, 
porque sí existe hacia los demás,  hermanos, hermanas, 
amigos,  querencias sin intención alguna. 
Cuando aparece el hambre nos vuelve ciegos, 
y ya no sabemos si es amor bragetario o amor a secas, 
y una vez metido el sexo por medio, 
el músculo –corazón- se enquista. 
Es el capricho de la carta de los Reyes, 
lo quiero,  lo quiero,  es mío, 
pregúntatelo otra vez. 
¿Eso es amor? 
-A veces se nos olvida- 




Nená de la Torriente