lunes, 1 de octubre de 2012


Vente conmigo,  vente, 
a este palacio de paredes invisibles. 
No hay puertas ni ventanas, 
los pasillos no se cruzan, ni siquiera 
esquinas para custodiar misterios. 


Tú serás los espacios,  tú la puerta, 
tú el camino,  la mudez si lo deseas, 
todo el misterio. 
Nadie te hará preguntas. 
Nadie tapará tu espacio. 
Nadie rozará tu palabra si tú no quieres. 
Pero si lo añoras,  un cucharón de mimos 
te estará esperando cada segundo, 
porque somos niños, 
nos engañaron, 
nunca dejamos de serlo 
y aquí vestiremos nuestro babi, 
nuestra caja de lápices nuevos 
y nuestro nuevo mundo,
tan antiguo,  por estrenar. 



Nená de la Torriente