lunes, 22 de octubre de 2012




Dibújame una aldea 
no muy lejos de un regato, 
con buena tierra de siembra 
y pasto para ganado. 
Dibújame unas montañas 
y al otro lado un lago 
con peces de colores  
y feas ranas y sapos. 
Dibújame un bosque frondoso 
bajo un proceloso cielo, 
y léeme una historia de un niño 
que subía a los manzanos. 
Construye cuatro paredes,  sólo cuatro 
y un tejado, 
y tendremos una cueva, 
un lugar donde vivir. 
Yo pondré las horas de siembra, 
el trabajo de mis manos, 
la ilusión en las tormentas, 
mis pies fríos en tu cama 
y las risas a todas horas 
para matar a la nostalgia. 



Nená de la Torriente