Déjame
llegar inesperada
como
el aliento algente
del
agua de la montaña.
Bebe
de mí a cacitos,
tan
despacio,
que
no puedas olvidar
mi
sabor inherente.
Déjame
ser tu esencia,
el
perfume del sueño que
te
persiga, delimite, libere,
adueñe, seduzca, ambicione.
La
luz, el rayo que rompa el
mundo
de parte a parte para
llegar
a tus ojos.
Déjame
ser de ti.
Nená de la Torriente