miércoles, 24 de octubre de 2012


-¿No saques lo pies del plato o
era saca los pies del plato?-

Reduce tu mundo a un plato de café 
y obsérvalo con perspectiva. 

Coloca todas las piezas, los cariños, 
las cosas importantes, las fruslerías 
y ponte tú en medio. 

Tienes un mundo hecho a medida, 
podrás quejarte a veces,  cuando notes 
los bordes del plato,  pero estás cómodo 
porque no sales,  o la idea 
te asusta más que el placer que te daría 
hacerlo e inventas excusas, 
luego estás bien. 

Tan apartado,  imagina ahora la vida de otros 
como una suerte de filas de platos de café 
colocados en una cafetería, 
llenos hasta el mismo borde. 
A muchos les sobraría mucha porcelana, 
otros sin embargo saltarían de uno a otro 
jugando al  escondite, 
y pensarás qué absurdo sistema de satélites blancos. 
-Claro que mejor así que reunirlos a todos
en una gran fuente
menuda melé se formaría-

Si me dieran a elegir y estuviera observando 
ya puestos a escoger, sacaría los pies del plato.



Nená de la Torriente