-¿No
saques lo pies del plato o
era saca
los pies del plato?-
Reduce
tu mundo a un plato de café
y
obsérvalo con perspectiva.
Coloca
todas las piezas, los cariños,
las
cosas importantes, las fruslerías
y
ponte tú en medio.
Tienes
un mundo hecho a medida,
podrás
quejarte a veces, cuando notes
los
bordes del plato, pero estás cómodo
porque
no sales, o la idea
te
asusta más que el placer que te daría
hacerlo
e inventas excusas,
luego
estás bien.
Tan
apartado, imagina ahora la vida de otros
como
una suerte de filas de platos de café
colocados
en una cafetería,
llenos
hasta el mismo borde.
A
muchos les sobraría mucha porcelana,
otros
sin embargo saltarían de uno a otro
jugando
al escondite,
y
pensarás qué absurdo sistema de satélites blancos.
-Claro
que mejor así que reunirlos a todos
en
una gran fuente
menuda
melé se formaría-
Si
me dieran a elegir y estuviera observando
ya puestos a escoger, sacaría los pies del plato.
Nená de la
Torriente