sábado, 13 de octubre de 2012


Un sol muere con otro sol, 
una ola nace de otra ola 
porque no hay un amanecer igual 
y sí una ola idéntica. 
Tus ojos cuando me miran 
tienen que verme así, amor, 
como madrugadas, 
cada día con un color y una intensidad 
distinta. 
Porque si me miras como una ola, 
bella ola que regresa cada mañana, 
aunque no te des cuenta amor, 
cada alborada será una renuncia. 




Nená de la Torriente