Un
sol muere con otro sol,
una
ola nace de otra ola
porque
no hay un amanecer igual
y
sí una ola idéntica.
Tus
ojos cuando me miran
tienen
que verme así, amor,
como
madrugadas,
cada
día con un color y una intensidad
distinta.
Porque
si me miras como una ola,
bella
ola que regresa cada mañana,
aunque
no te des cuenta amor,
cada
alborada será una renuncia.
Nená de la
Torriente