Ya
qué más da.
Es
como la estrella fugaz,
una
efímera voz y su cola el eco.
Es
lo que tiene estar hecha de sabina
y
junco, pedernal y nata,
parezco
una, pero soy tantas
que
no sirvo para que me atesoren
un largo rato.
En
un cuenco quepo
pero
no acepto cualquier pacto,
por
muy generosa que sea.
El
trato hacia mí: Exquisito.
Lo
demás poco o nada me importa,
yo
te escucho.
Nená de la
Torriente