Inevitable.
Como
el recorrido de una ola
arrastrando
conchas pequeñas.
como
una corriente que empuja
una
hoja seca,
como
cerrar los ojos,
ante
un golpe de arena.
No
es que el destino escriba los sucesos
es
que hay sucesos que se escriben
solos, se empujan, se atropellan,
y
en un segundo suceden
de
una manera inevitable.
No
sirve poner alambradas,
ni
diques, ni ver como se alborota
el
viento, ni saber que el mar tiene olas,
ni
que las hojas secas pesan poco.
Las
sumas se suceden
y
ya está, se acaba el misterio,
y
yo os quiero y es inevitable.
-Aunque
en realidad el amor
sí
sea un misterio-
Nená de la
Torriente