Hay
muchos márgenes,
extremos, lados, caras
de
un mismo sitio,
que
en el fondo no lo es.
La
mirada de las cosas cuenta
y
cuenta mucho, tanto
que
varía el contenido.
Tú
pensarás que he perdido el juicio
pero
no sabes que no lo he tenido nunca.
No
juzgo, sólo grito, de esa manera inconsciente
de
los niños, sin premeditación, con inocencia.
Una
tapia, es la linde de un camino,
la
sombra amable a esa hora ardiente de la tarde.
De
un jardín es el apoyo dulce de la enredadera,
el
puntal del rosal y la buganvilia,
el
amigo mudo del diván donde nos besamos.
Nená de la Torriente