Hay
frases que dan miedo,
como
la de
‘todo
llega para el que sabe esperar’
-a
mí me horroriza-
frases
que hablan de tiempo
como
si pudiéramos manejarlo
a
nuestro antojo.
Hay
personas calladas, muy calladas
que
parecen muy sensibles,
y
en realidad son canallas con sonrisas
de
conejito Tambor,
estúpidos
que se han leído un libro
y
parecen hemerotecas.
La
relatividad en la vida es tanta
que
parecemos malabaristas o tahúres
haciendo
tratos con los días
aunque
no nos demos ni cuenta,
y
cada cosa regresa como un bumerang,
en
su posición exacta.
Así
que ojo con lo que esperas,
con
los dados que has lanzado,
con
el trato que hiciste con los días,
porque
todo te regresa
de
una forma u otra.
Mira
bien a quién miraste,
o
a quién heriste, qué terreno pisaste,
qué
puente cruzaste
y en qué jardín te pusiste a sembrar.
Nená de la
Torriente