-Triste-
Ya
ves dónde estamos
tras la última firma.
Pero
qué cansado es el paso
y el peso de los días,
cuando
uno se hace grande,
-no sé si llamarlo mayúsculo,
nos daría la tonta-
Y
ves pasar las sonrisas, y las caras amables,
y
ves pasar la vida en los rostros ajenos,
y
acaso se te escapa un ‘me alegro’ bajito
pero
sin más trascendencia.
Porque
todo muda y te importa un pepino
si
vas o si vienes, si entras o sales,
y
lo que digan o piensen
te
importa un pepino aún más desmedido.
Ya
no esperas un sol de media tarde
con el paso del tiempo,
ni
te pintas los labios con la misma intención.
Sólo
sueñas montañas y bosques y prados,
una
diminuta letra y media cuartilla,
una
gota de lluvia en el flequillo
o
tal vez una nota de violín que te revuelva.
Nená de la
Torriente