No
soy un ser humano extraño,
soy
humana y serlo convive con la
sorpresa,
por
eso sé muy pocas cosas y
a
menudo las cuestiono.
que
siempre es una palabra hermosa,
que
lo hermoso no nos pertenece,
y
que las palabras de amor suelen ser
términos
estrafalarios nacidos en momentos
de
necesidad, de dolor, de soledad y de una arritmia
inexplicable.
He
escuchado tantos te quiero,
tantos, tantos, tantos,
que
sólo entiendo el te quiero que lleva babas y mocos.
Porque
los niños, como yo,
tampoco
los entienden,
los
dicen con el ímpetu del abrazo, del
encuentro,
del
arropo más imperioso.
Nená de la Torriente