domingo, 14 de octubre de 2012




Puse mis labios rojos en el lampo de tu piel 
y te llamaron amujerado. 
Todo es al revés. 
No esperes que entiendan que te besaron, 
como no esperes 
que te comprendan un solo verso. 
La intención siempre será suya, 
la oportunidad, 
la ocasión, 
el retrato. 
Nada tuyo es tuyo a vista de otro, 
es esa 'cosa' que ya tenían en la mente 
y que tú ocasionalmente les has facilitado. 
Cuando vuelvas a pasar por aquí 
deja que pose de nuevo mis labios rojos 
sobre tus brillantes y pálidos labios, 
y sonríe cuando te llamen lo que quieran
llamarte. 




Nená de la Torriente