caben
rizos, lágrimas sin sal, de caramelo,
puestas
de sol, amanecidas, dedos largos,
luego
trenzas, agua, mucho agua,
gorros
y bufandas, piernas de bailarina
-las
de antes-.
Te
quieros ¿dije te quieros?, caricias miles,
roces
eternos, por cada poro, por cada línea,
por
cada huella, marca, peca, ondulación del
cuerpo.
Dentro
caben todos los olores, cada minúscula
esencia
de ser humano, exhalación de todo
lo que adoro.
No
me importa de quién ni de qué turbación loca
ni
emotividad extraña.
Dentro
de esta barca cabe un cosmos, con la
divergencia
más discordante y más coincidente,
con
los más amables giros que dan las cosas
en
los momentos más insólitos.
Nená
de la Torriente