Mal
patio es este
que
tienes que justificar
cada
movimiento.
Pocas
ganas y muchas renuncias
si
el margen que te dan es una opinión
siempre
empobrecida,
bebida
de sí misma,
errada
por haber sido vertida por una suma
simple, como casi todas las sumas.
Que
sí, que a mí me da lo mismo,
yo
no sucumbo a un juego de mesa
con
estúpidas fichas.
Si
a estas alturas no me han tomando
el
pulso
no
lo harán nunca.
Hay
muchos patios donde jugar a la comba.
La
ligereza está bien para las prendas en verano,
para
los verbos suaves antes de un beso,
para
empezar conversaciones en las sobremesas.
Ligero
es el aire que corre entre mi cuerpo
y
algunos cuerpos, pero denso, muy denso
lo
es con muchísimos más.
Así
son las cosas.
Nená de la
Torriente