jueves, 25 de octubre de 2012

-Hipo con el ojo tumbado-



Me sorprende la fugacidad de las ideas, 
como corretean por los callejones 
de mi mente. 
Con menos edad se enganchaban 
a un chaflán y levantaban banderas. 
‘Esto es así porque sí’. 
Parece loco que una mente nueva 
no quiera jugar más con las propuestas, 
decirse ‘si’,  probar con el ‘no’, 
sugerirse y discutirse el ‘tal vez’. 
Aceptar la diferencia,  las imperfecciones, 
los errores,  las debilidades 
-no sólo las nuestras- 
Veo muchos jóvenes y jóvenas cerrados 
en un mundo de cláusulas para todo, 
pero supongo que en eso consiste madurar 
en aprender a amar* los contrastes,  las diferencias, 
las imperfecciones de los demás y aceptarlas 
-sin que sea necesario casarse con ellas- 



 Nená de la Torriente


* Úsese el término con cierta ligereza