-Hipo con el ojo tumbado-
Me
sorprende la fugacidad de las ideas,
como
corretean por los callejones
de
mi mente.
Con
menos edad se enganchaban
a
un chaflán y levantaban banderas.
‘Esto
es así porque sí’.
Parece
loco que una mente nueva
no
quiera jugar más con las propuestas,
decirse
‘si’, probar con el ‘no’,
sugerirse
y discutirse el ‘tal vez’.
Aceptar
la diferencia, las imperfecciones,
los
errores, las debilidades
-no
sólo las nuestras-
Veo
muchos jóvenes y jóvenas cerrados
en
un mundo de cláusulas para todo,
pero
supongo que en eso consiste madurar
en
aprender a amar* los contrastes, las diferencias,
las
imperfecciones de los demás y aceptarlas
-sin
que sea necesario casarse con ellas-
* Úsese el término
con cierta ligereza