Llena
mi mochila de preguntas,
no
temas que no pienso extraviar ninguna.
Yo
meteré varios montones más
de
cosecha propia
que
he ido acumulando con los años.
Sé
que saldrán muchos visionarios,
lenguaraces, gilipuertas y hasta casi
listos, que con un poco de vista acertarán
de
refilón a muchas de ellas.
Iré
apuntando las respuestas despacito,
como
buena Sancha en firme siega.
Cuando
lleguen las resoluciones,
sean
las que sean, llorarás,
no
por la idiocia súbita de su mayoría,
que
lo será,
sino
por el bucle infinito que albergan.
Y
así sentados, de pie, en nuestra calle,
-como muy bien dices-, las preguntas
carecerán de réplica, porque quien te las da
fue
quien te hizo formular las demandas,
y
ese es el problema.
Ahí
está la contrariedad.
Nená de la Torriente