jueves, 4 de octubre de 2012



 Ruedan, las palabras ruedan, 
pero el corazón sabe en su pulso 
de reloj que todo pasa,  y lo poco 
que no pasa se nos queda 
pegadito a la piel y a la garganta.  

Toc toc 

como los nudillos en una puerta, 
que se abre siempre 
porque se encuentra abierta, 
pero jugamos a llamar como 
niños chicos dando vueltas. 
Sólo cuando golpeas con temor 
sabes que no durará,  que 
tiene que pasar y pasa, 
porque no te han hecho un sitio 
ni te han peinado el pelo, 
y así pasaste,  como pasan las horas, 
como pasan las hojas de los libros. 

     Toc toc,  toc toc 

es inútil llamar a ciertas puertas. 
Pero se sigue jugando a dar vueltas 
y el corazón nos lo dice, 
todo pasa,  y lo que no pasa se nos queda 
pegadito a la piel y a la garganta, 
porque habrá otras puertas 

toc toc, 

que esperarán abiertas. 




Nená de la Torriente