Descalza
sobre el suelo
escucho
a la niebla vocear fuera,
que
si el mar está gruñón.
que
si ha crecido la palmera,
que
¡qué escándalo el viejo autobús!
Sonrío, por lo vocinglera que anda hoy
la
espesa niebla, con su baile lento,
con
su bata gruesa.
Enseguida
se la llevará la mañana
como
una niña perdida, que recupera
su
tata entre mantillas blancas.
Dirá
‘yo no fui', ‘yo no he sido’,
mientras
se eleva por encima del azul
que
hay debajo de tus cejas.
Aunque un poco quedará enredada
entre
mis pies, escondida,
para
seguir rezongando sobre la mañana.
Nená de la
Torriente