Tú
eres mi poema,
mi
verso en la garganta
anudado
al alba
aún
opaca y muda.
Invertebrada
es esta mano
de
tinta,
como
seca está esta lengua
hecha
de letras,
que
te besa sin rozar tu labio,
y
que te extraña
con
su imposible métrica.
Tú
eres mi canto,
mi
nota de noctámbula luciérnaga,
y
mi cuerpo,
este
prado de trémulos cueros
que
se hace dibujo para ti,
con
margaritas de tela
y
ceniceros limpios.
Y
tú eres yo,
cada
vez que te asomas
a
mi mundo y leo tu nombre y tus
apellidos, y haces que aúlle a la luna,
que
reconozca tus ojos en la penumbra,
y
tu voz
como
el faro más cegador que existe.
Nená de la Torriente
no se puede leer
ResponderEliminarpoema más bello
a las nueve
No se puede leer un comentario más agradable
ResponderEliminara cualquier hora del día.
Beso,
Nená