miércoles, 12 de septiembre de 2012


-La /luz-

Tu cuerpo 
divide el sol por la mitad 
en una pausa de sombra. 
En la calle se despiertan 
las primeras palomas 
talladas en la noche. 
Si el día se suspendiera 
en este punto exacto, 
no me movería, 
ni respiraría,  para no alterarlo. 


Robo el haz de luz con la mano 
y persigo su trazo, 
soy su cometa de piel; 
ahora al bajar las escaleras, 
la luz jugará conmigo 
a saltar a la comba, 
una, 
dos, 
una, 
tres, 
y los arcos claros y oscuros 
atildarán la ciudad. 



Nená de la Torriente