-La /luz-
Tu
cuerpo
divide
el sol por la mitad
en
una pausa de sombra.
En
la calle se despiertan
las
primeras palomas
talladas
en la noche.
Si
el día se suspendiera
en
este punto exacto,
no
me movería,
ni
respiraría, para no alterarlo.
Robo
el haz de luz con la mano
y
persigo su trazo,
soy
su cometa de piel;
ahora al bajar las escaleras,
la
luz jugará conmigo
a
saltar a la comba,
una,
dos,
una,
tres,
y
los arcos claros y oscuros
atildarán
la ciudad.
Nená de la Torriente