sábado, 29 de septiembre de 2012


Llueve, 
llueve esperanza. 
Ojala esta lluvia rompiera el cielo 
de negros sollozos de dolor anónimo, 
de mixtura canalla de tantas cosas. 




Déjate rociar por cada gota 
que en alambre cae, 
levanta la barbilla y sonríe. 
Llama a la vida, 
a la manzana carmesí del mundo. 
Verás de tu cabello caer arroyos, 
cataratas de tus mejillas, 
se formarán pozas en tus ojos. 
Sonríe y deja que la lluvia te invada. 
Sí eres alguien, 
el tendal, 
la bandera, 
el hermoso latido, 
la carcajada, 
la lágrima tímida, 
la ansiedad,  los miedos, 
un universo generoso y febril 
ahora cuenco de las nubes. 



Nená de la Torriente